lunes, 30 de noviembre de 2015

EL UMBRAL DE LAS CASAS, UN PEQUEÑO GRAN SIGNO DE LA PUERTA SANTA DE LA MISERICORDIA


  • La Sagrada Familia de Nazaret sabe bien qué cosa significa una puerta abierta o cerrada, para quien espera un hijo, para quien no tiene amparo, para quien huye del peligro. Las familias cristianas hagan del umbral de sus casas un pequeño gran signo de la Puerta de la misericordia y de la acogida de Dios. Es así que la Iglesia deberá ser reconocida, en cada rincón de la tierra: como la custodia de un Dios que toca, como la acogida de un Dios que no te cierra la puerta en la cara, con la excusa que no eres de casa. Con este espíritu nos acercamos todos al Jubileo, estará la puerta santa, pero también ¡la puerta de la misericordia de Dios grande! Que también haya una puerta en nuestro corazón para recibir todos el perdón de Dios o dar nuestro perdón y recibir a todos aquellos que tocan a nuestra puerta. Gracias.

SOBRE EL ADVIENTO 2015





El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.
El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia.
El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica.

ESQUEMA DEL ADVIENTO 2015 
Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 17 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad.
El tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semanas. Este año 2015, comienza el domingo 29 de noviembre, y se prolonga hasta el 24 de diciembre. Podemos distinguir dos periodos. En el primero de ellos, aparece con mayor relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.
En el segundo periodo se orienta más directamente a la preparación de la Navidad. Su nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.
En orden a hacer sensible esta doble preparación de espera, la liturgia suprime durante el Adviento una serie de elementos festivos. De esta forma, en la misa ya no rezamos el Gloria, se reduce la música con instrumentos, los adornos festivos, las vestiduras son de color morado, el decorado de la Iglesia es más sobrio, etc. Todo esto es una manera de expresar tangiblemente que, mientras dura nuestro peregrinar, nos falta algo para que nuestro gozo sea completo. Y es que quien espera es porque le falta algo. Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, significada por solemnidad de la fiesta de la Navidad.
Tenemos cuatro semanas en las que Domingo a Domingo nos vamos preparando para la venida del Señor. La primera de las semanas de adviento está centrada en la venida del Señor al final de los tiempos. La liturgia nos invita a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. La segunda semana nos invita, por medio del Bautista a «preparar los caminos del Señor»; esto es, a mantener una actitud de permanente conversión. Jesús sigue llamándonos, pues la conversión es un camino que se recorre durante toda la vida. La tercera semana preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya está cada vez más cerca el día de la venida del Señor. Finalmente, la cuarta semana ya nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es figura, central, y su espera es modelo estímulo de nuestra espera.
En cuanto a las lecturas de las misas dominicales, las primeras lecturas son tomadas de Isaías y de los demás profetas que anuncian la Reconciliación de Dios y, la venida del Mesías. En los tres primeros domingos se recogen las grandes esperanzas de Israel y en el cuarto, las promesas más directas del nacimiento de Dios. Los salmos responsoriales cantan la salvación de Dios que viene; son plegarias pidiendo su venida y su gracia. Las segundas lecturas son textos de San Pablo o las demás cartas apostólicas, que exhortan a vivir en espera de la venida del Señor.
El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote es el morado, igual que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:
Primer Domingo: 29 de noviembre
La vigilancia en espera de la venida del Señor. Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento". Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.
Segundo Domingo: 6 de diciembre
La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.
Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.  
Tercer Domingo: 13 de diciembre
El testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo. Coincide este domingo con la celebración de la Virgen de Guadalupe, y precisamente la liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.
Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento, meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de las tradicionales posadas. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la Corona de Adviento.
Cuarto Domingo: 20 de diciembre
El anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María. Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

LA CORONA DE ADVIENTO
 La corona está formada por una gran variedad de símbolos:
La forma circular
El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar. 
Las ramas verdes
Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.
Las cuatro velas
Nos hace pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.
Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.
Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal. 
El listón rojo representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve. 
Los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote. 
Sugerencias
a) Es preferible elaborar en familia la corona de Adviento aprovechando este momento para motivar a los niños platicándoles acerca de esta costumbre y su significado.
b) La corona deberá ser colocada en un sitio especial dentro del hogar, de preferencia en un lugar fijo donde la puedan ver los niños de manera que ellos recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para ese momento.
c) Es conveniente fijar con anticipación el horario en el que se prenderán las velas. Toda esta planeación hará que las cosas salgan mejor y que los niños vean y comprendan que es algo importante. Así como con anticipación preparamos la visita de un invitado importante, estamos haciendo esto con el invitado más importante que podemos tener en nuestra familia.
d) Es conveniente también distribuir las funciones entre los miembros de la familia de modo que todos participen y se sientan involucrados en la ceremonia.
Por ejemplo:
un encargado de tener arreglado y limpio el lugar donde irá la corona antes de comenzar con esta tradición navideña.
un encargado de apagar las luces al inicio y encenderlas al final.
un encargado de dirigir el canto o de poner la grabadora con algún villancico.
un encargado de dirigir las oraciones para ponerse en presencia de Dios.
un encargado de leer las lecturas.
un encargado de encender las velas.


jueves, 26 de noviembre de 2015

salmo 50 MISERERE Catequésis de San Juan Pablo II



SALMO 50
Misericordia, Dios mío
3Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
4lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

5Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
6contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
7Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

8Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
9Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

10Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
11Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

12Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
13no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

14Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
15enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

16Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
17Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

18Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
19Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

20Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
21entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,


sobre tu altar se inmolarán novillos.CATEQUESIS DE JUAN PABLO II
1. Hemos escuchado el Miserere, una de las oraciones más célebres del Salterio, el más intenso y repetido salmo penitencial, el canto del pecado y del perdón, la más profunda meditación sobre la culpa y la gracia. La Liturgia de las Horas nos lo hace repetir en las Laudes de cada viernes. Desde hace muchos siglos sube al cielo desde innumerables corazones de fieles judíos y cristianos como un suspiro de arrepentimiento y de esperanza dirigido a Dios misericordioso.
La tradición judía puso este salmo en labios de David, impulsado a la penitencia por las severas palabras del profeta Natán (cf. Sal 50,1-2; 2 S 11-12), que le reprochaba el adulterio cometido con Betsabé y el asesinato de su marido, Urías. Sin embargo, el salmo se enriquece en los siglos sucesivos con la oración de otros muchos pecadores, que recuperan los temas del «corazón nuevo» y del «Espíritu» de Dios infundido en el hombre redimido, según la enseñanza de los profetas Jeremías y Ezequiel (cf. Sal 50,12; Jr 31,31-34; Ez 11,19; 36,24-28).
2. Son dos los horizontes que traza el salmo 50. Está, ante todo, la región tenebrosa del pecado (cf. vv. 3-11), en donde está situado el hombre desde el inicio de su existencia: «Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre» (v. 7). Aunque esta declaración no se puede tomar como una formulación explícita de la doctrina del pecado original tal como ha sido delineada por la teología cristiana, no cabe duda que corresponde bien a ella, pues expresa la dimensión profunda de la debilidad moral innata del hombre. El salmo, en esta primera parte, aparece como un análisis del pecado, realizado ante Dios. Son tres los términos hebreos utilizados para definir esta triste realidad, que proviene de la libertad humana mal empleada.
3. El primer vocablo, hattá, significa literalmente «no dar en el blanco»: el pecado es una aberración que nos lleva lejos de Dios -meta fundamental de nuestras relaciones- y, por consiguiente, también del prójimo.
El segundo término hebreo es 'awôn, que remite a la imagen de «torcer», «doblar». Por tanto, el pecado es una desviación tortuosa del camino recto. Es la inversión, la distorsión, la deformación del bien y del mal, en el sentido que le da Isaías: «¡Ay de los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz y luz por oscuridad!» (Is 5,20). Precisamente por este motivo, en la Biblia la conversión se indica como un «regreso» (en hebreo shûb) al camino recto, llevando a cabo un cambio de rumbo.
La tercera palabra con que el salmista habla del pecado es peshá. Expresa la rebelión del súbdito con respecto al soberano, y por tanto un claro reto dirigido a Dios y a su proyecto para la historia humana.
4. Sin embargo, si el hombre confiesa su pecado, la justicia salvífica de Dios está dispuesta a purificarlo radicalmente. Así se pasa a la segunda región espiritual del Salmo, es decir, la región luminosa de la gracia (cf. vv. 12-19). En efecto, a través de la confesión de las culpas se le abre al orante el horizonte de luz en el que Dios se mueve. El Señor no actúa sólo negativamente, eliminando el pecado, sino que vuelve a crear la humanidad pecadora a través de su Espíritu vivificante: infunde en el hombre un «corazón» nuevo y puro, es decir, una conciencia renovada, y le abre la posibilidad de una fe límpida y de un culto agradable a Dios.
Orígenes habla, al respecto, de una terapia divina, que el Señor realiza a través de su palabra y mediante la obra de curación de Cristo: «Como para el cuerpo Dios preparó los remedios de las hierbas terapéuticas sabiamente mezcladas, así también para el alma preparó medicinas con las palabras que infundió, esparciéndolas en las divinas Escrituras. (...) Dios dio también otra actividad médica, cuyo Médico principal es el Salvador, el cual dice de sí mismo: "No son los sanos los que tienen necesidad de médico, sino los enfermos". Él era el médico por excelencia, capaz de curar cualquier debilidad, cualquier enfermedad» (Homilías sobre los Salmos, Florencia 1991, pp. 247-249).
5. La riqueza del salmo 50 merecería una exégesis esmerada de todas sus partes. Es lo que haremos cuando volverá a aparecer en los diversos viernes de las Laudes. La mirada de conjunto, que ahora hemos dirigido a esta gran súplica bíblica, nos revela ya algunos componentes fundamentales de una espiritualidad que debe reflejarse en la existencia diaria de los fieles. Ante todo está un vivísimo sentido del pecado, percibido como una opción libre, marcada negativamente a nivel moral y teologal: «Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces» (v. 6).
Luego se aprecia en el salmo un sentido igualmente vivo de la posibilidad de conversión: el pecador, sinceramente arrepentido (cf. v. 5), se presenta en toda su miseria y desnudez ante Dios, suplicándole que no lo aparte de su presencia (cf. v. 13).
Por último, en el Miserere, encontramos una arraigada convicción del perdón divino que «borra, lava y limpia» al pecador (cf. vv. 3-4) y llega incluso a transformarlo en una nueva criatura que tiene espíritu, lengua, labios y corazón transfigurados (cf. vv. 14-19). «Aunque nuestros pecados -afirmaba santa Faustina Kowalska- fueran negros como la noche, la misericordia divina es más fuerte que nuestra miseria. Hace falta una sola cosa: que el pecador entorne al menos un poco la puerta de su corazón... El resto lo hará Dios. Todo comienza en tu misericordia y en tu misericordia acaba». (M. Winowska, El icono del Amor misericordioso. El mensaje de sor Faustina, Roma 1981, p. 271).
[Audiencia general del Miércoles 24 de octubre de 2001]

CHARLAS PREPARATORIAS AL AÑO JUBILAR DE LA MISERICORDIA


Con motivo del Año Jubilar de la Misericordia 2015-2016, convocado por el Papa Francisco y el cual comenzará con la apertura de la Puerta Santa en Roma el 8 de diciembre del 2015, y luego el 13 de diciembre en todas las Catedrales del mundo,también con la Puerta Santa y entre ellas Nuestra Catedral San José de Puerto Cabello, Estado Carabobo, Venezuela, el comité organizador de dicha catedral INVITA a unas Charlas Preparatorias para informar todo lo respectivo al Año Jubilar de la Misericordia, entre ellas la Historia del Jubileo, Logo, Bula Convocatoria al Año de la Misericordia y las Obras de Misericordia, tanto Espirituales como Corporales. y mucho más información catequetica para prepararnos a este Fiesta de Reconciliación, Perdón y Misericordia. Las Charlas se estan dando en catedral San José los dias Viernes a las 7 pm. Estan todos cordialmente invitados.  


miércoles, 25 de noviembre de 2015

PAPA FRANCISCO EMPRENDE SU VIAJE A AFRICA





VATICANO, 25 Nov. 15 / 04:28 am (ACI).- El Papa Francisco ha emprendido ya su undécimo viaje apostólico internacional que tiene como destino Kenia, Uganda y República Centroafricana hasta el próximo lunes 30 de noviembre.
El Santo Padre despegó en un avión de la compañía italiana Alitalia desde el Aeropuerto Internacional de Fiumicino, en Roma, a las 8 de la mañana (hora local). Aterrizará en Nairobi, capital de Kenia, a las 17 horas del país (15 horas en Roma), después de casi siete horas de vuelo.
Francisco, como es ya habitual antes de iniciar un viaje, acudió el martes por la tarde (alrededor de las 19 horas) a la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la imagen de la Salus Populi Romana, la advocación de la Virgen María que está en esta Basílica. A la Madre de Dios le pidió por el viaje a África y por sus frutos.
Al despegar, envió un telegrama de saludo al Presidente de la República de Italia Sergio Mattarella. En el mensaje señala que tiene el “vivo deseo deencontrar a los hermanos en la fe y los habitantes de estas queridas naciones” y ofrece al Presidente “la expresión de mi saludo deferente que acompaño con fervientes oraciones por el bien y la prosperidad de todo el pueblo italiano”. 
A continuación el programa del viaje:
Miércoles 25 de noviembre
08:00 Salida en avión desde el aeropuerto de Roma/Fiumicino a Nairobi (Kenia).
17:00 Llegada al aeropuerto internacional Jomo Kenyatta de Nairobi. Ceremonia de Bienvenida en la State House.
18:00 Visita de cortesía al presidente de la República en la State House de Nairobi.
18:30 Encuentro con las autoridades de Kenia y con el cuerpo diplomático.Discurso del Santo Padre.
Jueves 26 de noviembre
08:15 Encuentro interreligioso y ecuménico en el Salón de la Nunciatura Apostólica en Nairobi. Discurso del Santo Padre.
10:00 Santa Misa en el Campus de la Universidad de Nairobi. Homilía del Santo Padre.
15:45 Encuentro con el clero, religiosas, religiosos y seminaristas en el campo deportivo de la Saint Mary’s School. Discurso del Santo Padre.
17:30 Visita a la U.N.O.N. Discurso del Santo Padre.
Viernes 27 de noviembre
08:30 Visita al barrio pobre de Kangemi en Nairobi. Discurso del Santo Padre.
10:00 Encuentro con los jóvenes en el Estadio Kasarani. Discurso del Santo Padre.
11:15 Encuentro con los obispos de Kenia.
15:10 Ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional Jomo Kenyatta de Nairobi.
15:30 Salida en avión de Nairobi hacia Entebbe (Uganda).
16:50 Llegada al aeropuerto internacional de Entebbe. Ceremonia de bienvenida.
17:30 Visita de cortesía al presidente en la State House en Entebbe.
18:00 Encuentro con autoridades y cuerpo diplomático en la Sala de Conferencias de la State House. Discurso del Santo Padre.
19:15 Visita a Munyonyo y saludo a los catequistas y profesores. Saludo del Santo Padre.
Sábado 28 de noviembre
08:30 Visita al santuario anglicano de los mártires en Namugongo.
09:00 Visita al santuario católico de los mártires de Namugongo.
09:30 Santa Misa por los mártires de Uganda en el área del santuario católico.Homilía del Santo Padre.
15:15 Encuentro con los jóvenes en Kololo Air Strip en Kampala. Discurso del Santo Padre.
17:00 Visita a la casa de caridad de Nalukolongo. Saludo del Santo Padre.
18:00 Encuentro con los obispos de Uganda.
19:00 Encuentro con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en la Catedral local. Discurso del Santo Padre.
Domingo 29 noviembre
09:00 Ceremonia de despedida en el aeropuerto de Entebbe.
09:15 Salida en avión de Entebbe a Bangui (República Centroafricana).
10:00 Llegada al aeropuerto internacional M’Poko en Bangui. Ceremonia de bienvenida.
11:00 Visita de cortesía al presidente del Estado de transición en el Palacio Presidencial de la Renaissance.
11:30 Encuentro con la clase dirigente y con el cuerpo diplomático. Discurso del Santo Padre.
12:15 Visita al campo de refugiados.
13:00 Encuentro con los obispos del país.
16:00 Encuentro con las comunidades evangélicas en la sede de la Facultad de teología evangélica de Bangui (FATEB). Discurso del Santo Padre.
17:00 Misa con sacerdotes, religiosos, religiosas, catequistas y jóvenes en la Catedral de Bangui. Homilía del Santo Padre.
19:00 Confesión de algunos jóvenes e inicio de la vigilia de oración en la explanada de la Catedral. Discurso del Santo Padre.
Lunes 30 de noviembre
08:15 Encuentro con la comunidad musulmana en la mezquita central de Koudoukou en Bangui. Discurso del Santo Padre.
09:30 Misa en el Estadio del Complejo deportivo Barthélémy Boganda. Homilía del Santo Padre.
12:15 Ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional M’Poko de Bangui.
12:30 Salida en el avión papal hacia Roma.
18:45 Llegada al aeropuerto Ciampino en Roma.

martes, 24 de noviembre de 2015

Una liturgia familiar para el Primer Domingo de Adviento




REDACCIÓN CENTRAL, 23 Nov. 15 / 10:24 am (ACI).- Para vivir la liturgia familiar (oración) del Primer Domingo de Adviento, que se celebrará este domingo 29 de noviembre, se recomienda poner en un lugar especial la corona de Adviento con alguna imagen de la Virgen, crear un ambiente de recogimiento con poca luz, nombrar a un lector especial, así como a un monitor principal, que puede ser el papá o la mamá, y seguir la oración que se presenta  a continuación.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
TODOS: Que hizo el cielo y la tierra.
MONITOR: Comenzamos un nuevo año litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo de preparación y espera. Encender, semana tras semana, los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo de nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que ha venido a disipar las tinieblas. El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza que Él nos ha venido a traer.
LECTOR: Lectura tomada del libro del profeta Isaías: "Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece".
MONITOR: (Con las manos juntas) Nos recogemos unos instantes en silencio e inclinando nuestras cabezas vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento.
Oremos.
La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor Jesús,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas,
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar
el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de Aquel que,
por ser la Luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Te lo pedimos por Él mismo
que vive y reina por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.
MONITOR: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra corona mientras cantamos la primera estrofa del canto “Hoy se enciende una llama” (o también puede ser algún canto apropiado).

De la Corona de Adviento




REDACCIÓN CENTRAL, 23 Nov. 15 / 01:37 pm (ACI).- La Iglesia se prepara a iniciar el tiempo de Adviento este domingo 29 de noviembre y como es tradición los fieles se reunirán para rezar y encender la primera vela. Aquí 5 cosas que todo cristiano debe saber de la famosa Corona de Adviento.  
1. Tradición y evangelización
La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol y para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica.
2. ¿Por qué debe tener una forma circular?
Tiene forma circular porque el círculo no tiene principio, ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno y también de nuestro amor al Señor y al prójimo que debe renovarse constantemente y nunca detenerse.
3. Usar ramas verdes
Verde es el color de la esperanza y vida, y Dios quiere que busquemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante debe ser el llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre, así como el árbol y sus ramas.
4. Lleva cuatro velas
Las velas permiten reflexionar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo, como las velas la Corona.
En este sentido, así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando cada vez más con la cercana llegada de Cristo al mundo.
Las cuatro velas que se colocan en la Corona de Adviento se van prendiendo semana a semana, en los cuatro domingos de adviento, y con una oración especial.
5.- Incluye una vela rosada
Tradicionalmente las velas de la Corona de Adviento son tres moradas y una rosada que se enciende el Tercer Domingo de Adviento. Este día es también llamado “Domingo de Gaudete”, o de la alegría, debido a la primera palabra del introito de la Misa: Gaudete. Es decir, regocíjense.
En la Celebración Eucarística de este día, los ornamentos del sacerdote y los manteles del altar son de color rosa como signo de gozo y se invita a los fieles a alegrarse porque ya está cerca el Señor.
En algunos lugares, todas las velas de la Corona se sustituyen por velas rojas y en la Noche de Navidad, en el centro, se coloca una vela blanca o sirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe.
Sugerencias
a) Ármala o decórala en familia y motiva a los niños a vivir el Adviento explicándoles esta costumbre y su significado.
b) Colócala en un sitio especial del hogar, de preferencia en un lugar fijo donde la puedan ver los miembros de la familia para recordar la venida de Jesús y la importancia de prepararse para la Navidad.
c) Establece con anticipación el horario en el que se encenderán las velas y usa una liturgia cada semana.
d) Recuerda que así como se prepara la visita de un invitado, con la tradición de la Corona esperamos a Jesús, el invitado más importante que podemos tener en nuestra familia.
e) En las liturgias de Adviento, distribuye las funciones entre los miembros de la familia para que todos participen y se sientan involucrados en la ceremonia.
Estos son algunos roles:
  • Arreglar y limpiar el lugar donde irá la Corona antes de comenzar la liturgia.
  • Encender y apagar las velas.
  • Dirigir el canto o poner la grabadora con algún villancico.
  • Dirigir las oraciones.
  • Leer las lecturas.

lunes, 23 de noviembre de 2015

ADVIENTO. TIEMPO DE ESPERA


El adviento es un tiempo de preparación para la navidad, donde se recuerda a los hombres la primera venida del Hijo de Dios… Es un tiempo en el que se dirigen las mentes, mediante este recuerdo y esta espera a la segunda venida de Cristo, que tendrá lugar al final de los tiempos” (Misal Romano, Nº 39)




“El adviento tiene una triple dimensión: histórica, en recuerdo, celebración y actualización del nacimiento de Jesucristo; presente, en la medida en que Jesús sigue naciendo en medio de nuestro mundo y a través de la liturgia celebraremos, de nuevo, su nacimiento; y escatológica, en preparación y en espera de la segunda y definitiva venida del Señor”.

“El adviento, en su mismo término, en su palabra, es <presencia> y <espera>… El adviento es tiempo de esperanza gozosa y espiritual. No es tanto un tiempo como la cuaresma de penitencia, sino de gozo, de espera y esperanza gozosa. Toda la liturgia de este tiempo persigue una finalidad concreta: despertar en nosotros sentimientos de esperanza, de espera gozosa y anhelante”. 

El adviento es, ya en su mismo término o vocablo, <presencia> y <espera>. Es tiempo, no tanto de penitencia como la cuaresma, sino de esperanza gozosa y espiritual, de gozo, de espera gozosa. Toda la liturgia de este tiempo persigue la finalidad concreta de despertar en nosotros sentimientos de esperanza, de espera gozosa y anhelante.

domingo, 22 de noviembre de 2015

CRISTO REY DEL UNIVERSO






La celebración de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, cierra el Año Litúrgico en el que se ha meditado sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios.
La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925. El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey.
Durante el anuncio del Reino, Jesús nos muestra lo que éste significa para nosotros como Salvación, Revelación y Reconciliación ante la mentira mortal del pecado que existe en el mundo. Jesús responde a Pilatos cuando le pregunta si en verdad Él es el Rey de los judíos: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí" (Jn 18, 36). Jesús no es el Rey de un mundo de miedo, mentira y pecado, Él es el Rey del Reino de Dios que trae y al que nos conduce.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Salmo 32




1.De David. Poema. ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado!
2.Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el delito, y en cuyo espíritu no hay fraude.
3.Cuando yo me callaba, se sumían mis huesos en mi rugir de cada día,
4.mientras pesaba, día y noche, tu mano sobre mí; mi corazón se alteraba como un campo en los ardores del estío.
5.Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: «Me confesaré a Yahveh de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado.
6.Por eso te suplica todo el que te ama en la hora de la angustia. Y aunque las muchas aguas se desborden, no le alcanzarán.
7.Tú eres un cobijo para mí, de la angustia me guardas, estás en torno a mí para salvarme.
8.Voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir; fijos en ti los ojos, seré tu consejero.
9.No seas cual caballo o mulo sin sentido, rienda y freno hace falta para domar su brío, si no, no se te acercan.
10.Copiosas son las penas del impío, al que confía en Yahveh el amor le envuelve.
11.¡Alegraos en Yahveh, oh justos, exultad, gritad de gozo, todos los de recto corazón!

QUIEN SE CONFIESE DE UN ABORTO, RECIBIRA PERDON CAPACIDAD DE RECOMENZAR Y MISERICORDIA






CARTA DEL PAPA FRANCISCO. AÑO DE LA MISERICORDIA