jueves, 31 de diciembre de 2015

1° DE ENERO Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios
La Solemnidad de Santa María Madre de Dios es la primer Fiesta Mariana que apareció en la Iglesia Occidental, su celebración se comenzó a dar en Roma hacia el siglo VI, probablemente junto con la dedicación –el 1º de enero– del templo “Santa María Antigua” en el Foro Romano, una de las primeras iglesias marianas de Roma.
La antigüedad de la celebración mariana se constata en las pinturas con el nombre de “María, Madre de Dios” (Theotókos) que han sido encontradas en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa en tiempos de las persecuciones.
Más adelante, el rito romano celebraba el 1º de enero la octava de Navidad, conmemorando la circuncisión del Niño Jesús. Tras desaparecer la antigua fiesta mariana, en 1931, el Papa Pío XI, con ocasión del XV centenario del concilio de Éfeso (431), instituyó la Fiesta Mariana para el 11 de octubre, en recuerdo de este Concilio, en el que se proclamó solemnemente a Santa María como verdadera Madre de Cristo, que es verdadero Hijo de Dios; pero en la última reforma del calendario –luego del Concilio Vaticano II– se trasladó la fiesta al 1 de enero, con la máxima categoría litúrgica, de solemnidad, y con título de Santa María, Madre de Dios.
De esta manera, esta Fiesta Mariana encuentra un marco litúrgico más adecuado en el tiempo de la Navidad del Señor; y al mismo tiempo, todos los católicos empezamos el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María.
El Concilio de Éfeso
En el año de 431, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, afirmando: “¿Entonces Dios tiene una madre? Pues entonces no condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses”. Ante ello, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso –la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años– e iluminados por el Espíritu Santo declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".
Asimismo, San Cirilo de Alejandría resaltó: “Se dirá: ¿la Virgen es madre de la divinidad? A eso respondemos: el Verbo viviente, subsistente, fue engendrado por la misma substancia de Dios Padre, existe desde toda la eternidad... Pero en el tiempo él se hizo carne, por eso se puede decir que nació de mujer”.
Madre del Niño Dios
“He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”
Es desde ese fiat, hágase que Santa María respondió firme y amorosamente al Plan de Dios; gracias a su entrega generosa Dios mismo se pudo encarnar para traernos la Reconciliación, que nos libra de las heridas del pecado.
La doncella de Nazareth, la llena de gracia, al asumir en su vientre al Niño Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo; vemos pues que todo en ella apunta a su Hijo Jesús.
Es por ello, que María es modelo para todo cristiano que busca día a día alcanzar su santificación. En nuestra Madre Santa María encontramos la guía segura que nos introduce en la vida del Señor Jesús, ayudándonos a conformarnos con Él y poder decir como el Apóstol “vivo yo más no yo, es Cristo quien vive en mí”.

1° DE ENERO; SOLEMNIDAD MARÍA MADRE DE DIOS




REDACCIÓN CENTRAL, 31 Dic. 15 / 06:01 pm (ACI).- “Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios”, dice la Constitución Dogmática Lumen Gentium (Num. 66) de la Iglesia. Aquí 7 cosas sobre la importante "Solemnidad de María, Madre de Dios" que se celebra cada primero de enero.
1.- Concluye la Octava de Navidad
Con esta Solemnidad se concluye la Octava de Navidad, un conjunto de ocho días, desde el 25 de diciembre, en los que la Iglesia actualmente celebra el Nacimiento de Jesús.
En el Antiguo Testamento (Gen. 17,9-14) se puede leer que hace muchos siglos Dios hizo una alianza con Abraham y su descendencia cuyo signo era la circuncisión al octavo día después del nacimiento. El Hijo de Dios así también lo vivió y recibió en ese momento el nombre anunciado a la Virgen María.
“Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción” (Lc. 2,21).
2.- La Theotokos
Los primeros cristianos solían llamar a la Virgen María como la “Theotokos”, que en griego significa “Madre de Dios”. Este título aparece en las catacumbas debajo de la ciudad de Roma y en antiguos monumentos de oriente (Grecia, Turquía, Egipto).
Los Obispos reunidos en elConcilio de Éfeso (431), ciudad donde según la tradición la Virgen pasó sus últimos años antes de ser asunta al cielo, declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios".
3.- Creado por la fe
“Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios” dice una de las antiguas oraciones marianas de los cristianos de Egipto del siglo III (tercero). Cabe resaltar que ese título de “Madre de Dios” (“Theotokos”) no existía y que fuecreado por los cristianos para expresar su fe.
4.- Antigua fiesta mariana
La “Maternidad de María” es una de las primeras fiestas marianas que se dio en la cristiandad. Se dice que por el siglo V (quinto), en Bizancio, había una “memoria de la Madre de Dios” que se celebraba el 26 de diciembre, al día siguiente de la Navidad.
Poco a poco se fue introduciendo en la liturgia romana en un día de la Octava de Navidad y ya por el siglo VIII (octavo) se encuentran para esta conmemoración antifonales con el título de “Natale Sanctae Mariae”, así como oraciones y responsorios con los que se honraba la divina “Maternidad de María”.
5.- Jornada de la Paz
Con el tiempo, esta memoria de la Virgen fue desplazada para conmemorar la “Circuncisión del Señor”, pero se mantendría el acento mariano. En 1931 el Papa Pío XI la reestableció para el 11 de octubre con ocasión del XV centenario del Concilio de Éfeso y le dio una categoría equivalente a la Solemnidad actual.
Años después, en esta fecha, San Juan XXIII inauguró el Concilio Vaticano II(1962). Con la reforma litúrgica de 1969, la “Maternidad de María” pasó a celebrarse al 1 de enero, día en que se inicia el “calendario civil”. Un año antes, en 1968, el Beato Pablo VI instituyó para este día la Jornada Mundial de la Paz. Es así que el primer día del año se celebra a María y se ora por la paz.
6.- Fundamento de dogmas marianos
El título “Madre de Dios” es el principal y el más importante dogma sobre la Virgen María y todos los demás dogmas marianos encuentran su sentido en esta verdad de fe. Los otros dogmas marianos son que María tuvo una Inmaculada Concepción, Perpetua Virginidad y que fue llevada en cuerpo y alma al cielo (Asunción).
Asimismo, Nuestra Señora tiene los siguientes títulos: Madre de los hombres, Madre de la Iglesia, Abogada nuestra, Corredentora, Medianera de todas las gracias, Reina y Señora de todo lo creado y todas las alabanzas contenidas en las letanías del Santo Rosario.
7.- Decisión de la Virgen
En noviembre de 1996 San Juan Pablo II explicó que “la expresión ‘Madre de Dios’ nos dirige al Verbo de Dios, que en la Encarnación asumió la humildad de la condición humana para elevar al hombre a la filiación divina”.
“Pero ese título, a la luz de la sublime dignidad concedida a la Virgen de Nazaret, proclama también la nobleza de la mujer y su altísima vocación. En efecto, Dios trata a María como persona libre y responsable y no realiza la encarnación de su Hijo sino después de haber obtenido su consentimiento”, afirmó.
 

martes, 29 de diciembre de 2015

''Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia''. Mensaje del Papa para la XXI Jornada Mundial de la Juventud




(RV).-  “Faltan pocos meses para nuestro encuentro en Polonia. Cracovia, la ciudad de San Juan Pablo II y de Santa Faustina Kowalska, nos espera con los brazos y el corazón abiertos”, escribe el Papa Francisco en su Mensaje para la XXI Jornada Mundial de la Juventud que se llevará a cabo el próximo mes de julio. “Creo que la Divina Providencia nos ha guiado para celebrar el Jubileo de los Jóvenes precisamente ahí, donde han vivido estos dos grandes apóstoles de la misericordia de nuestro tiempo. Juan Pablo II había intuido que este era el tiempo de la misericordia. Al inicio de su pontificado escribió la encíclica Dives in Misericordia. En el Año Santo 2000 canonizó a Sor Faustina instituyendo también la Fiesta de la Divina Misericordia en el segundo domingo de Pascua. En el año 2002 consagró personalmente en Cracovia el Santuario de Jesús Misericordioso, encomendando el mundo a la Divina Misericordia y esperando que este mensaje llegase a todos los habitantes de la tierra, llenando los corazones de esperanza”.
“Queridos jóvenes, prosigue el Papa, Jesús misericordioso, retratado en la imagen venerada por el pueblo de Dios en el santuario de Cracovia a Él dedicado, les espera. ¡Él se fía de ustedes y cuenta con ustedes! Tiene tantas cosas importantes que decir a cada uno y cada una de ustedes… No tengan miedo de contemplar sus ojos llenos de amor infinito hacia ustedes y déjense tocar por su mirada misericordiosa, dispuesta a perdonar cada uno de sus pecados, una mirada que es capaz de cambiar la vida de ustedes y de sanar sus almas, una mirada que sacia la profunda sed que demora en sus corazones jóvenes: sed de amor, de paz, de alegría y de auténtica felicidad.  ¡Vayan a Él y no tengan miedo! Vengan para decirle desde lo más profundo de sus corazones: ‘¡Jesús, confío en Ti!’. Déjense tocar por su misericordia sin límites, para que ustedes a su vez se conviertan en apóstoles de la misericordia mediante las obras, las palabras y la oración, en nuestro mundo herido por el egoísmo, el odio y tanta desesperación “.  “ Lleven la llama del amor misericordioso de Cristo – del que habló San Juan Pablo II – a los ambientes de su vida cotidiana y hasta los confines de la tierra”.
(RC-RV)

La religiosa que evangeliza en una de las cárceles más peligrosas de Venezuela


CARACAS, 29 Dic. 15 / 04:13 am (ACI).- La Penitenciaría General de Venezuela (PGV) es una de las cárceles más peligrosas del país y alberga unos 6 mil reclusos, pero los datos exactos se desconocen porque allí “el control lo tienen los internos”. En el caos que reina en la PGV, peleas y ajustes de cuentas, hay una pequeña presencia que aporta paz y tranquilidad: La religiosa Neyda Rojas, mercedaria misionera que lleva más de 18 años trabajando en la pastoral penitencial, en una cárcel en donde nadie se atreve a entrar.




“La fuerza viene de Dios sin Él no podría entrar a la PGV, Él abre caminos”, explica la religiosa a ACI Prensa, poco después de llegar de participar en un encuentro con familiares de presos.
Control por los presos
La Penitenciaría General de Venezuela tiene tres módulos: un internado judicial donde están quienes todavía no tienen una condena, el anexo femenino y la propia penitenciaría en donde se sitúan los ya sentenciados.
“Aquí en Venezuela hay cárceles que están controladas por el Estado. Son nuevas y tienen funcionarios, maestros, los presos llevan uniforme… pero en la PGV el control lo tienen los internos, como en muchas cárceles de América Latina”, explica a ACI Prensa la religiosa.
Por eso afirma que cuando entra debe seguir las “normas internas” que le dictan los presos líderes. “Están armados y eso asusta, pero como sucede todos los días, intento no centrar la mirada en el arma. Les conozco por su nombre, saludo a sus familiares. Intento ser ese signo de amor y libertad, de cariño, ternura y misericordia. Es como si fuera la madre de la
PGV”, asegura la religiosa que sólo tiene 53 años.
“En alguna ocasión lo funcionarios guardias se han puesto bravos. Pero yo intento ser muy delicada y respetuosa con ellos. Cuando esto sucede, yo me quedo callada hasta que se le bajan los humos. Y después consigo lo que quiero. Además, es mejor ser humilde que soberbia”.
La religiosa precisa que durante estas casi dos décadas “generalmente ‘la palabra de la hermana es la palabra de la hermana’ y respetan tanto mi palabra como mi persona”.
“No es que haga la vista gorda de lo que pasa, sino que tengo que seguir las orientaciones que me dan para no perder el espacio que tengo para dar clases, proclamar la palabra de Dios, hacer encuentros con las familias…”
Un ejemplo de ello es la cena de Navidad que organizó con un grupo de presos estudiantes. “Nos permitieron tener la cena y una pequeña parrandita, para hacerles vivir un día distinto a los que tienen los presos”, apuntó.
Como preparación para estos días de fiesta navideña la hermana animó a que pintaran los pabellones e incluso colocaran algunas guirnaldas y luces. “Hicimos también un pesebre entre todos. Les fui explicando el significado de cada una de las figuras del Belén y cómo la Navidad es un tiempo de regalos en el sentido de darme yo como regalo y que el otro sea un
regalo para mí. Ése ha sido el principal trabajo de estos días”.
Responder a las necesidades
Su vocación como Mercedaria Misionera la ha llevado siempre con quienes están privados de libertad. En la PGV su principal función es de maestra, pero asegura que ha hecho de todo “porque las necesidades son muchas”, desde suturar presos heridos en motines o revueltas, hasta asistir partos.
“Desde hace un tiempo hay menos violencia, menos muertes porque los presos han tomado conciencia de que hay que aprender a convivir con los otros respetando su derecho a la vida. He hecho un trabajo del buen trato con los maestros, con los alumnos, con los funcionarios”, explica la hermana a ACI Prensa.
Un momento muy importante fue el inicio del Año de la Misericordia. “Les expliqué que pasar por la puerta de su celda era como pasar por la Puerta Santa que habían abierto en la catedral. Y que Dios es misericordia, que el amor grande de Dios se hace visible en los gestos de unos y otros”, afirma.
“A veces tengo que hablar de Dios sin nombrar a Dios”, reconoce la religiosa, pero asegura que los presos entienden perfectamente. “Yo voy vestida de hábito y entro en todos los pabellones, en los que están los presos más beneficiados y también en donde están los más desprotegidos, quienes que no tienen visita ni a nadie”.  
Situaciones límite
Sin embargo el día a día en la PGV no es nada sencillo. De hecho, la hermana Neyda recuerda cómo en varias ocasiones ha tenido que mediar entre las autoridades y los presos que habían cogido rehenes.
“También he estado en situaciones que por rencillas hay muertes, hablo con ellos para que no se maten tanto, para que se respeten. Le pido mucho a Dios que puedan ver la luz, no les impongo nada porque no puedo, pero sí quiero ser la luz en medio de esa situación oscura. Siempre hay algo que podemos hacer por ellos”, precisa.
En medio de los tiroteos y balaceras frecuentes en la PGV la hermana tiene clara una cosa: “Hay situaciones muy fuertes en las que tengo que fiarme de Dios. Le digo: “En Ti confío, sé que nunca dispararán contra mí” y nunca lo han hecho”.
La hermana Neyda Rojas también realizó una petición de ayuda porque carece de medios materiales para realizar su labor pastoral. Ante la difícil situación que afronta Venezuela, la religiosa animó a contactar con la Casa Madre de la Congregación de las Misioneras Mercedarias y realizar la aportación a través de la Madre General.  http://www.mercedariasmisioneras.org
 


domingo, 27 de diciembre de 2015

27 de Diciembre San Juan Evangelista


San Juan Evangelista: consíguenos de Dios
la gracia especial de leer con fe y cariño tu santo evangelio,
y obtener de su lectura gran provecho para nuestra alma.
Dios es amor (San Juan).






Juan significa: "Dios es misericordioso".
Este apóstol tuvo la inmensa dicha de ser el discípulo más amado por Jesús. Y se ha hecho muy famoso por haber compuesto el cuarto evangelio.
Nació en Galilea. Era hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor. Su oficio era el de pescador. Parece que fue uno de los dos primeros discípulos de Jesús, junto con Andrés. Los dos eran también discípulos de Juan Bautista y un día al escuchar que el Bautista señalaba a Jesús y decía: "Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo", se fueron detrás de Él. Jesús se volvió y les dijo: "¿Qué buscan?". Ellos le respondieron: "Señor: ¿dónde habitas?". Y Jesús les dijo: "Vengan y verán". Y se fueron con él y estuvieron en su compañía toda la tarde recibiendo sus enseñanzas. Durante toda su vida, jamás Juan podrá olvidar el día, la hora y el sitio en que se encontró por primera vez con Jesucristo. Fue el momento más decisivo de su existencia.
Juan estaba después un día con su hermano Santiago, y con sus amigos Simón y Andrés, remendando las redes a la orilla del lago, cuando pasó Jesús y les dijo: "Vengan conmigo y los haré pescadores de almas". Inmediatamente, dejando a su padre y a su empresa pequeña, se fue con Cristo a dedicarse para siempre y por completo a extender el Reino de Dios.
Juan evangelista hizo parte, junto con Pedro y Santiago, del pequeño grupo de preferidos que Jesús llevaba a todas partes y que presenciaron sus más grandes milagros. Los tres estuvieron presentes en la Transfiguración, y presenciaron la resurrección de la hija de Jairo. Los tres presenciaron la agonía de Cristo en el Huerto de los Olivos. Junto con Pedro, fue este apóstol encargado por Jesús de prepararle la Última Cena.
Al ver la mamá de Santiago y Juan que Jesús los prefería tanto, y aconsejada por ellos dos, que eran bien orgullosos, se atrevió a pedirle al Señor una gracia muy especial: que cuando él empezara a reinar, nombrara a Juan primer ministro y a Santiago ministro también. Jesús le respondió que el señalar los primeros puestos en el Reino de los cielos le correspondía al Padre Celestial, y que estos ya estaban determinados para otros. Los demás apóstoles se indignaron contra estos dos vanidosos, pero Jesús aprovechó aquella ocasión para recordarles que en el Reino de los cielos ocuparán los primeros puestos los que se hayan dedicado a prestar servicios humildes a los demás.
A Juan y su hermano Santiago les puso Jesús un sobrenombre: "Hijos del trueno". Y esto se debió a que un día fueron los apóstoles a pedir hospedaje en un pueblo de samaritanos (que odiaban a los judíos) y nadie les quiso proporcionar nada. Entonces estos dos hermanos, que eran violentos, le propusieron a Jesús que les mandara a aquellos maleducados samaritanos alguno de los rayos que tenía desocupados por allá en las nubes. Jesús tuvo que regañarlos porque no habían comprendido todavía que Él no había venido a hacer daño a ninguno, sino a tratar de salvar a cuantos más pudiera. Más tarde estos dos hermanos tan vanidosos y malgeniados, cuando reciban el Espíritu Santo, se volverán humildes y sumamente amables y bondadosos.
En la Última Cena tuvo el honor de recostar su cabeza sobre el corazón de Cristo.
Juan Evangelista fue el único de los apóstoles que estuvo presente en el Calvario al morir Jesús. Y recibió de Él en sus últimos momentos el más precioso de los regalos. Cristo le encomendó que se encargara de cuidar a la Madre Santísima María, como si fuera su propia madre, diciéndole: "He ahí a tu madre". Y diciendo a María: "He ahí a tu hijo".
El domingo de la resurrección, fue el primero de los apóstoles en llegar al sepulcro vacío de Jesús. Se fue corriendo con Pedro (al oír la noticia de que el sepulcro estaba vacío), pero como era más joven, corrió a mayor velocidad y llegó primero. Sin embargo por respeto a Pedro lo dejó entrar a él primero y luego entró él también y vio y creyó que Jesús había resucitado.
Después de la resurrección de Cristo, cuando la segunda pesca milagrosa, Juan fue el primero en darse cuenta de que el que estaba en la orilla era Jesús. Luego Pedro le preguntó al Señor señalando a Juan: "¿Y éste qué será?". Jesús le respondió: "Y si yo quiero que se quede hasta que yo venga, a ti qué?". Con esto algunos creyeron que el Señor había anunciado que Juan no moriría. Pero lo que anunció fue que se quedaría vivo por bastante tiempo, hasta que el reinado de Cristo se hubiera extendido mucho. Y en efecto vivió hasta el año 100, y fue el único apóstol al cual no lograron matar los perseguidores.
Después de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés, Juan iba con Pedro un día hacia el templo y un pobre paralítico les pidió limosa. En cambio le dieron la curación instantánea de su enfermedad. Con este milagro se convirtieron cinco mil personas, pero los apóstoles fueron llevados al tribunal supremo de los judíos que les prohibió hablar de Jesucristo. Pedro y Juan les respondieron: "Tenemos que obedecer a Dios, antes que a los hombres". Los encarcelaron, pero un ángel llegó y los libertó. Otra vez los pusieron presos y les dieron 39 azotes a cada uno. Ellos salieron muy contentos de haber tenido el honor de sufrir esta afrenta por amor al Señor Jesús, y siguieron predicando por todas partes.
Juan, para cumplir el mandato de Jesús en la cruz, se encargó de cuidar a María Santísima como el más cariñoso de los hijos. Con Ella se fue a evangelizar a Éfeso y la acompañó hasta la hora de su gloriosa muerte.
El emperador Dominiciano quiso matar al apóstol San Juan y lo hizo echar en una olla de aceite hirviente, pero él salió de allá más joven y más sano de lo que había entrado, entonces fue desterrado de la isla de Patmos, donde fue escrito el Apocalipsis.
Después volvió otra vez a Éfeso donde escribió el Evangelio según San Juan, que es el libro que lo ha hecho tan famoso. Este libro tiene un estilo elevadísimo e impresionantemente hermoso. Agrada mucho a las almas místicas, y ha convertido a muchísimos con su lectura.
A San Juan Evangelista lo pintan con un águila al lado, porque es el escritor de la Biblia que se ha elevado a más grandes alturas de espiritualidad con sus escritos. Ningún otro libro tiene tan elevados pensamientos como en su evangelio.
Dice San Jerónimo que cuando San Juan era ya muy anciano se hacía llevar a las reuniones de los cristianos y lo único que les decía siempre era esto: "hermanos, ámense los unos a otros". Una vez le preguntaron por qué repetía siempre lo mismo, y respondió: "es que ese es el mandato de Jesús, y si lo cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura".
San Epifanio dice que San Juan murió hacia el año cien, a los 94 años de edad. Poco antes había ido a un monte tenebroso a convertir a un discípulo suyo que se había vuelto guerrillero, y lo logró convertir volviéndolo bueno otra vez. Dicen los antiguos escritores que amaba mucho a todos pero que les tenía especial temor a los herejes porque ellos con sus errores pierden muchas almas.



Oremos por ellas, HOY dia de LA SAGRADA FAMILIA


HOY 27 DE DICIEMBRE LA IGLESIA CELEBRA EL DIA DE LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET.

La Familia de Nazaret es un regalo de Dios, el Niño Dios nació en medio de una familia, a la cual regala la gracia. Es desde allí, desde la Familia que comienza la misión. El Padre, La Madre, El Hijo, además una trinidad perfecta que Dios quiere regalar a cada familia. HOY no te sientas excluido del amor y la misericordia de Dios, dado a través de la Familia, Tú familia es la que Dios ha pensado para tu conversión, 



“Oremos hoy por todas las familias del mundo para que logren responder a su vocación tal y como respondió la Sagrada Familia de Nazaret.
Oremos especialmente por las familias que sufren, pasan por muchas dificultades o se ven amenazadas en su indisolubilidad y en el gran servicio al amor y a la vida para el que Dios las eligió”
 (Juan Pablo II)

“Oh Jesús, acoge con bondad a nuestra familia que ahora se entrega y consagra a Ti, protégela, guárdala e infunde en ella tu paz para poder llegar a gozar todos de la felicidad eterna.”

“Oh María, Madre amorosa de Jesús y Madre nuestra, te pedimos que intercedas por nosotros, para que nunca falte el amor, la comprensión y el perdón entre nosotros y obtengamos su gracia y bendiciones.”

“Oh San José, ayúdanos con nuestras oraciones en todas nuestras necesidades espirituales y temporales, a fin de que podamos agradar eternamente a Jesús. Amén.”

sábado, 26 de diciembre de 2015

El icono de la Navidad, Otro modo de orar que viene de oriente

                                                   Otro modo de orar que viene de oriente
        Por P. Fadi Rahi C.Ss.R.




ROMA,  

(ZENIT.org).- En la vida cristiana existen varios modos de rezar: el breviario, los salmos, los sacramentos, el rosario, las devociones populares... y también, está la oración con los iconos.

El icono es una imagen -por lo general bidimensional- de Cristo, los santos, los ángeles, las parábolas bíblicas o los eventos importantes en la historia de la Iglesia. A través del icono contemplamos el amor de Dios por el hombre y proclamamos su gloria y sus misterios.




En la Iglesia no existe una teología sobre los iconos. En la Iglesia oriental la principal forma de veneración de los iconos se encuentran en el iconostasio (pared con los iconos) que se encuentra en las iglesias de estilo bizantino. Por lo tanto, en todas las épocas del año litúrgico, los iconos decoran las iglesias y le ayudan a la gente a entrar en el misterio salvífico de Dios.

Junto al icono que representa la Encarnación, Dios que se hizo hombre, podemos orar y reflexionar. Inmediatamente nos llama la atención la figura de María que está en el centro y nos indica al niño Jesús. Y notamos la presencia de la figura de san José, de los Reyes Magos y de los animales que están detrás del Niño Jesús.


Los iconógrafos presentan a María en el centro del icono para subrayar la importancia de su rol en el misterio de la Encarnación y en el proyecto salvífico de Dios hacia toda la humanidad.

Pero también para enfatizar la grandeza de María al obedecer a Dios cuando en la anunciación dijo sí, al ángel Gabriel.

A Dios encarnado en las vísperas de la vigila de Navidad le rezamos: “¿Qué te ofrecemos, Señor Jesús porque hayas venido al mundo por nosotros? Cada criatura del universo que has creado te presenta su gratitud: los ángeles la alabanza, los cielos los planetas, los Reyes Magos los regalos, los pastores la exclamación, la tierra y la naturaleza salvaje el pesebre. En cambio, nosotros te presentamos una madre virgen por eso, oh Dios, ten misericordia de nosotros”.

En cada icono sobre la Natividad y en todos los iconos de María encontramos siempre tres estrellas: una en la frente y dos sobre sus hombros para indicar el estado de virginidad antes, durante y después del nacimiento de Jesucristo.

Vemos que los sentimientos y la mirada de María son un poco tristes y humildes al mismo tiempo, para indicar que ella tenía conocimiento de la pasión de la cruz.

En cambio, el niño que es pequeño tiene una cara adulta, para significar que Él estaba allí desde antes de su nacimiento con su naturaleza divina. Vemos que la cuna tiene la forma de la tumba, y el Niño está envuelto en un sudario en lugar de estarlo en una faja, como un símbolo de su conciencia de que había nacido con un propósito: morir y resucitar para dar la Redención al mundo entero.

En el icono hay dos animales (el buey y el asno) que nos recuerdan la profecía de Isaías: "El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no lo conoce, mi pueblo no tiene discernimiento"(Isaías 1, 3).

San Gregorio Nacianceno relaciona el buey con los judíos que están unidos con la ley, y el asno con las naciones que viven bajo el peso de la idolatría.


Tampoco podemos dejar de ver la figura de José, que en algunos iconos antiguos es representado con un ojo mirando a María, mientas otros iconos le han presentado junto a un viejo jorobado, que es el diablo tratando de tentarlo con malos pensamientos sobre el embarazo de María.

Grupos más o menos numerosos de ángeles cantan mirando hacia el cielo y la tierra: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres que Él ama!” (Lc 1, 14).

Ellos representan la naturaleza angélica que acude para asistir al evento extraordinario. Ellos le avisan a los pastores que ha nacido el Salvador del mundo y a los Reyes Magos les aconsejan que no vuelvan a lo de Herodes.


Separado del grupo (en la parte superior derecha), un ángel intenta hablar con un pastor. El ángel es tranquilizador: "No temáis: he aquí, que os traigo una hermosa noticia llenará de gozo a todo el pueblo: hoy ha nacido en la ciudad de David, el Salvador, que es Cristo Señor. Esto les servirá como indicación: encontrarán a un niño envuelto en pañales... "(Lc 2, 8-13).

Encontramos incluso a los Reyes Magos con sus vestiduras sacerdotales que le llevan regalos al niño Jesús: Melchor, oro, como símbolo de la realeza de Jesús; Baltasar el incienso que representa la divinidad; y Gaspar la mirra, que anunciaba el sufrimiento redentor del Hijo de Dios.

El icono no tiene solamente la finalidad de presentarnos los detalles de un evento histórico, sino de hablarnos del misterio de la salvación divina. Por lo tanto el icono une dos temas: uno histórico real y otro, la teología de la Iglesia.

El icono está siempre lleno de símbolos y explicaciones sobre un evento, pero al mismo tiempo es un instrumento que durante la oración nos ayuda a conocer y orar junto a la vida de Jesús, María y los santos ... aprendiendo de ellos el camino de la santificación y el amor a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Esteban, Protomártir




REDACCIÓN CENTRAL, 26 Dic. 15 / 12:01 am (ACI).- Cada 26 de diciembre laIglesia Católica celebra al primer Mártir de toda la Iglesia Católica, San Esteban. El protomártir murió apedreado luego de ser arrastrado fuera de la ciudad, tras al ser llevado ante el Sanedrín por falsas acusaciones, exhortó a los judíos por haber llegado al punto no sólo de no reconocer al Salvador, sino además de haberle crucificado.
San Esteban mientras recibía el golpe de las piedras pronunció las siguientes palabras: "Señor Jesús, recibe mi espíritu", y estando de rodillas antes de morir exclamó con fuerza: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado".
En la celebración de la fiesta de este Santo en 2014, el Papa Francisco señaló que "con su martirio, Esteban honra la venida al mundo del Rey de los reyes, da testimonio de Él y ofrece como don su vida, como lo hacía en el servicio a los más necesitados. Y así nos muestra cómo vivir en plenitud el misterio de la Navidad".
También el Sumo Pontífice Emérito, Benedicto XVI, en 2012 al hablar del Santo reflexionó sobre "¿De dónde sacó el primer mártir cristiano la fuerza para hacer frente a sus perseguidores y llegar hasta la entrega de sí mismo? La respuesta es simple: de su relación con Dios, de su comunión con Cristo, de la meditación sobre la historia de la salvación, de ver la acción de Dios, que alcanza su cumbre en Jesucristo".
Para conocer más de este santo de la Iglesia ingrese a:https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=385

jueves, 24 de diciembre de 2015

Navidad en Jubileo de la Misericordia

Hermosa estampa de la Natividad del Niño Jesús, en el año jubilar de la Misericordia y la Puerta Santa en cada Catedral.



Oración familiar para poner al Niño en el pesebre



REDACCIÓN CENTRAL, 24 Dic. 15 / 06:00 am (ACI).- Antes de la medianoche del 24 de diciembre, cuando estés reunido o reunida con tu familia para colocar la imagen del Niño Dios en el pesebre, te invitamos a recitar esta breve oración para pedirle a Jesús que también nazca en tu corazón y en el de tus seres queridos.
Lector 1:
Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:
En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por nuestros amigos, vecinos y por las personas que trabajan con nosotros.
Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.Hoy, al contemplar el pesebre, recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.
Lector 2:
Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tú nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.
Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.
(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre, o si ya está allí, se coloca un pequeño cirio o una velita delante de Él).
Lector 3:
Santísima Virgen María, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que día a día intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.
Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.
Amén.
Rezar: 1 Padre Nuestro, 1 Ave María, 1 Gloria.
Para finalizar se puede entonar algún villancico y todos se dan un abrazo de paz.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Carta de Jesús


(Una historia sobre el verdadero sentido de la Navidad)


Querido Amigo: 


Hola, te amo mucho. Como sabrás, nos estamos acercando otra vez a la fecha en que festejan mi nacimiento. 
El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue! 
La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad. 
Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas si sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños. 
Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece? 
Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!. 
Resulta que habían estado preparándose para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantísimas veces que lo cierto es que no me sorprendió. 
Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia, ni se dieron cuenta de que yo estaba allí? 
Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: "¡jo, jo, jo!". 
Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos los felicitaban. 
Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Clos! ¡Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor! 
Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacer regalos a mí, ¡se obsequian cosas unos a otros! y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta! 
te voy a hacer una pregunta: ¿A tí no te parecería extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a tí? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año! 
Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le respondí. 
Yo siempre he dicho "Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en prisión!". 
Le dije: "Escucha bien, todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré como si me lo hubieras dado a mí personalmente!"

(Mateo 25,34-40). 
Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad. 
Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatorios, asilos, penales o familiares de los presos. 
Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con esto de impresionar a sus amistades. 
Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más. 
Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo. 
Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. "Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos". Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias 
Tu amigo 
Jesús

Historia de navidad: El Sueño de María


(Una historia que cuestiona el olvido de Dios)

Tuve un sueño, José.... no lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro Hijo; creo que si era acerca de eso. 
La gente estaba haciendo los preparativos con seis semanas de anticipación. Decoraban las casas y compraban ropa nueva. 
Salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. 
Era muy peculiar, ya que todos los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, todo lo colocaban debajo de un árbol. Si, un árbol, José, dentro de una casa. 
Esta gente estaba decorando el árbol también. Las ramas llenas de esferas y adornos que brillaban. 
Había una figura en lo alto del árbol, me parecía ver una estrella o un ángel, oh! Era verdaderamente hermoso. 
Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los regalos; se los intercambiaban unos con otros José, pero, no quedó alguno para nuestro Hijo. 
Sabes, creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca mencionaron su nombre; ¿no te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen?. 
Tuve la extraña sensación de que si nuestro Hijo hubiera estado en la celebración, hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan hermoso José y todos tan felices, pero yo sentí enormes ganas de llorar. 
Que tristeza para Jesús no querer ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños. Estoy contenta porque sólo fue un sueño, pero que terrible José, si esto hubiera sido realidad.

Cuento de navidad :El Buey, el burrito y el Niño Jesús


(Todas las criaturas viventes deben celebrar la llegada de Jesús)

En un pueblito llamado Greccio había un hombre llamado Juan, muy devoto de San Francisco. Unas dos semanas antes de la fiesta de Navidad, San Francisco llama a Juan y le dice: 
-Hijo mío, si quieres que celebremos en Greccio el nacimiento de Jesús, prepara cuanto voy a decirte. Quisiera representar al Niño nacido en Belén para ver con mis propios ojos las incomodidades en que se encontró aquella noche santa. Nuestro Señor fue recostado en un pesebre entre el buey y el burrito. Así que tú prepara una gruta. Trata de disponerlo todo como debió ser la noche en que nació el Niño Jesús. 
Juan va en seguida al lugar establecido para preparar lo necesario según el proyecto de San Francisco. 
Y llega la víspera de Navidad. Con tal ocasión, San Francisco invita a muchos frailes para que vengan a Greccio. 
Poco antes de medianoche hombres, mujeres y niños llegan jubilosos de los caseríos de la región. Traen velas y antorchas para iluminar aquella noche santa. 
Llega también a la gruta San Francisco. Ve que todo se ha preparado según su deseo. Está radiante de alegría. 
Un labrador pone un brazado de heno en el pesebre, y luego se hace entrar en la gruta un buey y un burrito. 
Greccio se ha convertido en una nueva Belén. El bosque en torno a la gruta resuena de voces y de cantos festivos. 
San Francisco, que ha invitado también a un sacerdote para celebrar la Santa Misa en la gruta, ayuda al celebrante. 
Después de leer el Evangelio, San Francisco habla al pueblo reunido ante la gruta. Con palabras tiernísimas recuerda el nacimiento de¡ Niño Jesús. Hasta el buey y el burrito escuchan atentos. 
San Francisco pronuncia la palabra Belén con voz temblorosa. En su boca, esta palabra parece casi un balido de corderito. 
A medianoche en punto, apenas San Francisco ha terminado de hablar, la gruta se ilumina milagrosamente. 
En el pesebre, entre el buey y el burrito, aparece la figura esplendente del Niño Jesús. Los labradores y pastores más cercanos a la entrada de la gruta ven claramente cómo el Niño yace sonriente en el heno del pesebre. 
El buey y el burrito calientan con su aliento al pequeño Niiío, exactamente como hablan hecho el buey y el burrito en Belén. 
San Francisco se arrodilla en adoración ante el pesebre. 
Los pastores y labradores entonan un canto navideño. Alguien toca flautas y zampoñas. Los niños agitan las antorchas. 
Después de algunos momentos, el Niño Jesús desaparece y también la luz va apagándose poco a poco en la gruta. 
Terminada la Santa Misa, la gente vuelve a su casa cantando y agitando velas y antorchas. En el cielo brillan muchísimas estrellas. 
San Francisco se queda todavía un largo rato en la gruta, rezando. Acaricia al buey y al burrito y les dice: 
-Hermano buey y hermano burrito, sois afortunados entre todos los animales porque habéis podido ver con vuestros ojos a vuestro Señor y Creador. Habéis podido calentarle con vuestro aliento. 
El buey y el burrito miran al santo con sus grandes ojos dulces, llenos aún de aquella luz aparecida en la gruta. 
Luego San Francisco manda a sus frailes: 
-Hermanos míos, por amor a Nuestro Señor, yo os ordeno que en los años futuros, la noche de Navidad déis de comer a todos los animales. Particularmente echad buen heno a los bueyes y a los burritos. Todas las criaturas vivientes deberán hacer fiesta en la Navidad de Jesús. 
Desde entonces los frailes, hasta la muerte de San Francisco, todos los años van por las cuadras de Greccio a llevar buen heno a todos los bueyes y burritos, en la noche de Navidad. 
También vosotros, queridos niños, el día de navidad recordaos de dar de comer cosas buenas a todos los animalitos que tenéis en casa o que encontréis por el camino.